Rusia ha admitido en los últimos días la existencia de violaciones del alto el fuego que entró en vigor el pasado 30 de diciembre.
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EFE

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Con retirada de portaaviones, Rusia comienza el repliegue de sus fuerzas en Siria

También del crucero nuclear "Pedro el Grande" del Mediterráneo oriental.

Rusia inició hoy el repliegue de parte de su contingente militar desplegado en Siria con la retirada de su único portaaviones, el "Almirante Kuznetsov", una semana después de la entrada en vigor del alto el fuego entre Damasco y la oposición.

"En línea con la decisión del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Vladímir Putin, el Ministerio de Defensa procede a reducir su contingente militar en Siria", anunció el general Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor ruso.

El escuadrón naval ruso encabezado por el "Almirante Kuznetsov" y que incluye también el crucero nuclear "Pedro el Grande", el más grande de su clase en el mundo, inició hoy mismo la travesía de retorno a su base en el puerto de Severomorsk (mar de Bárents).

Putin ordenó el repliegue de una parte de las tropas rusas estacionadas en la zona al anunciar el pasado 29 de diciembre el acuerdo de alto el fuego entre el régimen de Bachar al Asad y la oposición armada siria.

No obstante, insistió en que el Kremlin "seguirá apoyando al legítimo gobierno sirio (de Bachar al Asad) en su lucha contra los terroristas" y mantendrá su presencia en el aeródromo de Latakia y la base naval de Tartus, cuya seguridad está garantizada con los baterías de misiles antiaéreos S-300 y S-400.

El jefe del Kremlin ya había ordenado el repliegue del grueso de las tropas rusas en marzo de 2016 tras la primera contraofensiva de las fuerzas leales a Al Asad contra las posiciones del Estado Islámico (EI).

"El apoyo brindado por las Fuerzas Aéreas rusas ha jugado un papel fundamental en las victorias que allanaron el camino para el acuerdo de cese de las hostilidades", dijo hoy el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Siria, Ali Abdalá Ayub, en un mensaje de agradecimiento.

Además, agregó, la aviación rusa "creó las condiciones necesarias para el inicio de un proceso político de arreglo de la crisis en Siria".

Ayub transmitió el agradecimiento de Asad a los militares rusos y expresó el deseo del pueblo sirio de seguir estrechando la cooperación con Moscú, especialmente en el ámbito militar.

La liberación en diciembre de la segunda ciudad siria, Alepo, por parte de las fuerzas gubernamentales con ayuda de la aviación rusa y las milicias iraníes propició la decisión del Kremlin de reducir su contingente militar.

Al respecto, Guerasímov se mostró "convencido" de que la reconquista de Alepo servirá precisamente de fundamento para la solución pacífica del conflicto.

La llegada a la zona en octubre del vetusto "Almirante Kuznetsov", el buque insignia de la Armada rusa pero que nunca había visto combate en su cuarto de siglo de vida, causó en su momento un gran revuelo debido a la renuencia de los países de la OTAN, entre ellos España, a dejarle repostar en sus puertos.

Su escuadrilla de cazas MiG-29 y Su-33 participó activamente en los últimos dos meses en la campaña antiterrorista rusa al atacar las posiciones del EI y el Frente de Conquista del Levante (antiguo Al Nusra).

Los aviones del "Almirante Kuznetsov" destruyeron 1.252 objetivos terroristas, desde bases a arsenales y puestos de mando yihadista, muchos de ellos durante misiones nocturnas.

Además, la fragata "Almirante Grigórovich" martilleó las posiciones del EI con misiles de largo alcance Kalibr, los más utilizados por el Ejército ruso en Siria.

El propio Putin ha admitido que Siria se ha convertido en un perfecto polígono militar o teatro de maniobras para las Fuerzas Armadas rusas, ya que ha permitido probar armamento de nueva generación.

Según los expertos, la intervención militar rusa en Siria, donde Moscú ha perdido una veintena de militares en acto de servicio -entre ellos dos mujeres médicos-, ha sido todo un éxito y, además, ha disparado la popularidad de Putin con vistas a las elecciones presidenciales de 2018.

Rusia ha admitido en los últimos días la existencia de violaciones del alto el fuego que entró en vigor el pasado 30 de diciembre, pero ha destacado que éstas se han ido reduciendo gradualmente según aumentaba la confianza entre los bandos en conflicto.

"El proceso de reconciliación en Siria avanza sin interrupciones en consonancia con los acuerdos alcanzados", informaron los militares rusos, que recordaron que más de un millar de localidades sirias ha renunciado ya a la lucha armada.

La oposición armada siria denunció hace un par de días la violación de la tregua por parte de las fuerzas gubernamentales y las milicias iraníes, y se dirigió al Kremlin para que garantice su cumplimiento.

El régimen sirio y la oposición también firmaron una declaración en la que se comprometen a "iniciar negociaciones de paz para el arreglo" de la crisis, cuyo primer paso será la reunión a finales de este mes en Astaná, capital de Kazajistán. 

EFE

 

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